
Uno no puede, tras leerse esta novela, no amar a todos sus personajes. Incluso aquellos a los que deberías odiar porque son malos, acabas amándolos por el giro que han dado en sus vidas. Aunque, es con estos personajes, cuando te paras a pensar si de verdad han cambiado o es solo una fachada y te lamentas porque no te deje estas cosas claras, pero por supuesto, son los misterios de la época.
Por otra parte, al utilizar siempre los apellidos a la hora de referirse a esos amigos del señor Darcy, personalmente me acababa perdiendo en medio de tantas personas y no sabía si "tal" era la hermana de "cual" o si por el contrario, era su cuñada.
También me hubiera gustado saber qué fue de la vida de las hermanas Bennet, más allá de las dos protagonistas y la hermana tercera que se ve inmiscuida en una serie de "catastróficas desdichas", por llamarlo de algún modos. De las cinco hermanas, dos siempre han permanecido en un plano secundario y a veces sentía que estaban ahí simplemente para hacer palpable la "desgracia" que tuvieron los padres de ellas al tener cinco hermanas y ningún varón y el esfuerzo que tiene que hacer la madre de las criaturas para poder buscarles maridos.
Pese a todo esto, Orgullo y Prejuicio es una lectura que recomendaré, ahora con conocimiento de causa, y que seguramente volveré a releer para vivir de nuevo ese carácter de Elizabeth y volver a enamorarme de Mr. Darcy.