Libro: Estudio en escarlata
Autor: Arthur Conan Doyle
Como no puede ser de esta manera, con este libro inicio mi inmersión al mundo de Sherlock Holmes, uno de mis propósitos de lectura para este año, pues después de leerme Enola Holmes sentía que era necesario meterme ya de lleno a la obra de Sherlock.
Ciertamente, esta no será una reseña como es usual, considero que Sherlock es una obra que no necesita que nadie hable por ella, de modo que esta reseña será más una serie de pensamientos que he tenido a lo largo de su lectura e incluso de reflexiones.
Para empezar, había ido con el prejuicio de que sería una lectura mucho más densa de lo que ha sido. Por algún motivo pensaba que me iba a costar más, no sé... tenía la idea de que sería un libro más semejante a Tolkien y su, a veces, cansada lectura de lo extensamente descriptiva que él. Desconozco si no me ha resultado tan densa por el simple hecho de que el narrador es Watson. Había escuchado acerca de lo que supone que Watson sea el que cuente la historia, mas nunca lo había experimentado. No sé si esto será algo que sea exclusivo de Estudio en Escarlata, pues es el primer libro, o es algo que caracteriza en general a toda la obra de Sherlock Holmes.
Fácil de seguir, de entender cómo se gesta todo. Me sorprendió quién era el asesino, pero al mismo tiempo no era como que tuviera alguna idea en mente. Ni siquiera los sospechosos que nos ponen para que los tengamos en mente me parecían que tuvieran pruebas en contra de ellos.
Si tengo que ser sincera, cambiando el foco, es que la división en dos partes, y especialmente el principio de la segunda parte, me dejó un poco descolocada. Estaba tranquilamente leyendo Sherlock, llegué a la segunda parte, decidí hacer una pausa, para retomar la lectura horas después, y cuando empecé a leer esa segunda parte estaba sumamente desconcertada. Si mal no recuerdo, Sherlock Holmes había sido una obra que se había publicado por fascículo -si estoy equivocada, por favor, háganmelo saber-, por lo que sentía que aquello era otra historia completamente distinta, una pausa que Conan Doyle había hecho a su obra y que posteriormente iba a reanudar con Sherlock. Especialmente porque habíamos pasado de un Londres victoriano, a un Estados Unidos del oeste. El cambio fue demasiado y recuerdo estar leyendo con cara de "no entiendo nada, pero esto me gusta". No fue hasta bien entrada esa segunda parte que descubrí que sencillamente era otro punto de vista.
El final es lo que me ha dejado un poco fría. Entiendo que es otra época, sin embargo, me parece una crítica muy fea a los estadounidense. Soy española y, por ende, no tengo un conocimiento profundo sobre cómo se vivía en Reino Unido en esa época ni el trato que había con estos ciudadanos angloparlantes, sin embargo, siento también, que el libro no hubiera perdido la esencia si no se llega a meter eso, de modo, que el hecho de esa crítica mediante un recorte de periódico es debido a que es lo que se respiraba en ese momento.
Como última puntualización, estoy volviendo un poco mi mente a la mentalidad que tenía cuando leí Enola Holmes, y esa figura que es mencionada por el culpable, y que nunca llegan a descubrir quién es... no sé si saldrá en los libros futuros, pero siento que no me sorprendería...
Tras todo esto, sino habéis leído Estudio en escarlata, hacedlo, por favor. Os vais a encontrar una agradable lectura, incluso si sois como yo, que poco o ningún contacto he tenido con este tipo de literatura.
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