Libro: Las tumbas de Atuan
Autora: Ursula K. Le Guin
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Este libro es la segunda parte de la Saga Terramar. Reconozco que he tardado un poco en cogerlo, porque, como dije, no me gustó demasiado el primero, reconozco su importancia, reconozco toda la influencia posterior que ha tenido, pero el ritmo de la obra no me gustó demasiado y hasta en ciertos momentos se me hacía pesada.
Sin embargo, tenía decidido leerme la Saga Terramar, no solo porque era uno de mis propósitos de este año, sino por toda la importancia que ha tenido en la novela de fantasía posterior. Y por eso, finalmente, empecé a leer las Tumbas de Atuan. Debo confesar que soy de las personas que se suelen saltar las introducciones, pues quiero ir directamente a la novela, sin embargo, en este caso le eché un vistazo por algunas cosas que leí por encima. Y desde la introducción me gustó las Tumbas de Atuan. Le Guin habla en esa introducción de lo complicado que puede ser escribir sobre una protagonista femenina, pues hay que tener en cuenta las dificultades por las que pasa una mujer, incluso en una obra de fantasía como Terramar donde la autora puede hacer lo que le plazca. Donde, si quiere, puede crear una sociedad perfectamente igualitaria. Me gustó mucho esa reflexión y debo confesar que me dio hasta curiosidad esa protagonista femenina.
También, aclaro, que según leí en las notas, es una introducción que realizó años posteriores a la publicación del libro, de modo que me hace plantear qué clase de acogida tuvo esa protagonista para que años después Le Guin escribiera eso. [Hace tiempo leí que Ursula K. Le Guin no recibió mas reconocimiento en su época porque no era bienvenida en el círculo de hombres escritores de la época, de modo que la curiosidad por como se vivió todo eso me quema por dentro].
Con el inicio de la lectura me vi atrapada por Tenar, esa protagonista, por el mundo que la rodeaba y todas esas historias que le narraban, y sí, he dicho que "le narraban". El modo de introducirnos nuevos elementos de la historia no se me hizo forzado, a pesar de que en muchas ocasiones eran grandes párrafos de contenido, pero era todo natural, porque no era una autora explicando a una lectora las cosas que debía conocer del universo para comprender la novela, era un personaje hablando con otro personaje. Y era lógico que ese segundo personaje no supiera. [Y lamento si no doy muchos detalles, pero no quiero dar spoilers innecesarios].
Las Tumbas de Atuan ha sido una historia que literalmente he devorado, se me ha hecho corta, recuerdo llegar a la última página y querer saber más, porque encima tiene una especie de final abierto, muy distinto al primer libro. Era un claro ejemplo que Un Mago de Terramar estaba planteado ser una historia autoconclusiva, mientras que aquí ya se ve la idea de saga. Y Ged, un personaje que en el primer libro hasta se me había hecho pesado, desconozco si es por el tiempo transcurrido entre una novela y otra, pero hasta me ha gustado aquí. Su aparición se me hizo bastante esperada y sus momentos con Tenar bastante entrañables
Echando un ojo en Goodreads, he podido comprobar que no he sido la única, pues esta segunda parte está mejor valorada que la primera. Lo que me hace agradecer el no ser una persona que deje sagas tiradas, sino que siempre tiene que leerlas hasta el final. Nunca se sabe en qué momento puede mejorar.
Las Tumbas de Atuan nos presenta a Tenar, una joven que a la edad de cinco años es llevaba a un templo, las Tumbas de Atuan, para que se convierta en la Primera Sacerdotisa, pues la religión que representa, la de los Sin Nombres, creen que cuando una Sacerdotisa muere, no muere realmente, sino que reencarna, de modo que todas son la Primera Sacerdotisa, solo que lo han olvidado. Y en esa ocasión habría reencarnado en Tenar. Tan pequeña, llega a esos Templos y para ella, todo se convierte en su nuevo hogar, llegando hasta a olvidar su verdadero nombre.
Sin embargo, todo su mundo cambia cuando finalmente asciende a Primera Sacerdotisa y se debe empezar a ocupar de las cosas que le corresponden a una persona poseedora de ese título.
Como podéis imaginar, en esta ocasión no nos llevan por un viaje por todo el mundo, presentándonos un sin fin de lugares, como ocurrió en la primera parte, pues, aparte de las Tumbas, pocos lugares conocemos. Aun con ello, el viaje que realiza Tenar es interno; es un viaje de crecimiento personal.
Este libro, sin duda, es el que verdaderamente me ha abierto el apetito de seguir queriendo conocer más Terramar. Y de que ahora quiera leer el siguiente cuanto antes.
Llegados hasta aquí, me gustaría decir algunas cosas, pero para ello pongo la advertencia de que se vienen SPOILERS
Si bien la historia tiene un ritmo tranquilo, que te atrapa, ha habido momentos en los que literalmente me han hecho saltar de mi asiento por un grito de emoción, siendo el mayor de ellos el momento en el que Ged llama a Tenar por su verdadero nombre (Tenar), no como la llamaban en el Templo que era el nombre de esa Primera Sacerdotisa, un nombre que supuestamente con esa reencarnación ella había olvidado.
Por un momento llegué a pensar que Ged conocía a Tenar de algún momento de la vida de ella cuando era joven, pero luego sencillamente aclara que es trabajo suyo conocer y averiguar el nombre de todas las cosas, de modo que no le resultó complicado descubrir el nombre verdadero de Tenar.
También, como he comentado antes, la historia termina de un modo que invita a una siguiente parte. Una siguiente parte que empieza con Tenar llegando a la Capital (o al menos, entiendo que esa ciudad mencionada es como la Capital), con un anillo que supuestamente traerá la paz, debido a la runa que se encuentra tallada en él, y que se había perdido haría mucho tiempo cuando el anillo se dividió en dos mitades.
Que el libro termine de esa forma me hace sospechar que no sucederá esas cosas. Que no va a pasar eso y que en las siguientes partes encontraremos como esa paz no llegó, por mucho que el anillo se presentara y por mucho que la Sacerdotisa haya llegado tan lejos.
No sé lo que le esperara a Tenar y a Ged más adelante, pero, ya lo he dicho, voy a empezar a leer el siguiente libro en cuanto tenga oportunidad.
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